El presidente Boric tiene decidido sacrificar la ideología de su alianza para no perder el control de la situación en materia de inseguridad. La ciudadanía está muy preocupada por el aumento de la delincuencia y la muerte de dos Carabineros en muy poco tiempo. El gobierno tiene varios objetivos por delante (elecciones de Congresales, reforma constitucional, tributaria y previsional), no puede sentarse a negociar con niveles de aprobación demasiado bajos y en medio de una crisis política por la inseguridad.
De nuestra última encuesta en la Región Metropolitana (13 al 15 de marzo) surgen cuatro factores que explican el giro del presidente Boric, “revisar posturas del pasado”:
1. Entre las personas que aprueban su gestión mencionan que lo peor del gobierno es “no tomar medidas drásticas contra la delincuencia”.
2. La inseguridad llega al 50% como principal problema de Chile entre las personas que se consideran “ni partidarias, ni opositoras” del gobierno nacional.
3. Entre las personas que están indecisas respecto a las elecciones de Congresales en mayo, la inseguridad llega al 59% de las menciones y la imagen positiva de Sebastián Piñera aumenta 10% (de 36% a 47%).
4. Las personas que desaprueban la gestión mencionan que lo mejor que ha hecho el gobierno es enviar al ejército a la frontera norte.
Estos cuatro elementos muestran que Boric está haciendo lo que la opinión pública demanda: ser más firme ante la inseguridad y el aumento de la violencia. El problema para Boric es quedarse a mitad de camino porque esta nueva posición del gobierno puede no resultar creíble, y por otro lado, una parte de su alianza de gobierno le recriminará que la derecha le marca la agenda.
Este tironeo entre el pragmatismo y la ideología de su gobierno está desgastando al gobierno de Boric, aunque también muestra que es un presidente dispuesto a adaptarse a las circunstancias, y eso lo convierte en un jugador difícil de marcar. Supo reaccionar ante la rotunda derrota del plebiscito en 2022 con el cambio de gabinete y ante los incendios forestales, aceptando la ayuda de ex miembros del gobierno de Piñera en materia de control de incendios. Su nivel de aprobación mejoró luego de estos dos momentos críticos, por eso no hay que subestimar su capacidad de recuperación.
La inseguridad es un problema en toda la región
No solo en Chile hay una demanda creciente por mayor seguridad. Por ejemplo en nuestro último estudio realizado en Perú, la delincuencia se encuentra en el primer lugar dentro de las demandas de la opinión pública, casi el 50% responde que es el principal problema del país. En Argentina ocurre lo mismo, cuando consultamos “¿Qué es lo primero que hay que mejorar en el barrio donde vive?”, la inseguridad aparece en primer lugar, muy por encima de otros temas.
La violencia y la inseguridad generan inestabilidad en los gobiernos, y afecta el desarrollo, entre otros temas, del turismo, una importantísima fuente de divisas para toda Latinoamérica. El “método Bukele” empieza a generar aceptación en la opinión pública fuera de El Salvador porque la inseguridad ciudadana no tiene un abordaje integral por los países de la región.